GeForce GTX Titan

GeForce GTX Titan

Calificación

Lo Positivo

  • Alto desempeño

Lo Negativo

  • Precio de lanzamiento muy elevado

Hay dos tipos de jugadores de PC, aquellos que simplemente buscan jugar en condiciones óptimas los títulos más recientes y, por otro lado, los que gastan todo su presupuesto para hacerse de un equipo poderoso y así, disfrutar de las experiencias más sofisticadas. Pensada para ese segundo grupo llega GTX Titan, una tarjeta gráfica que puede presumir de ser la más poderosa de la actualidad.

Para reclamar la corona de los GPU, esta pieza de tecnología se vale de la siguiente generación de chips de Nvidia (GK110) y además, ostenta una arquitectura perfeccionada en comparación a la que presenta la serie 600. Lo interesante es que no sólo se trata de poder, también de desempeño, pues sus creadores construyeron a Titan con una solución de software diseñada a la medida, que saca mayor ventaja de la potencia. Dicho de otro modo modo, aún si hay especificaciones SLI que superan las capacidades de esta tarjeta, están lejos de competir con su estabilidad.

El problema es que el precio de Titan es casi del doble que el de una GTX 690, considerando que ésta última ya de por sí es un artículo de lujo. Y es que por los más de $1000 USD que Nvidia pide a cambio del exótico componente, muchos entusiastas podrían escalar su CPU, aumentar su RAM o sumar otro GPU de la generación pasada. Por supuesto, responder la interrogante de si conviene comprarla es mucho más complicado que una simple afirmación o una negación.

Diseño

Cuando se habla de componentes computacionales, es difícil referirse a una estética, después de todo, son creados con un fin meramente práctico, nunca para lucir atractivos. Las tarjetas gráficas se han vuelto una excepción a la regla, ya que en los gabinetes con ventana son lo que más resalta y por ello, numerosos fabricantes se esfuerzan en dejar una buena impresión. Al respecto, Titan es un caso ejemplar pues Nvidia puso particular cuidado en la fabricación.

De inicio, tiene un aspecto similar a la GTX 690, con un estilizado pero resistente cuerpo de magnesio, rematado con una mica de alta tolerancia al calor. Dado que Titan está potenciada por un único procesador, sólo necesita de un ventilador que, apropiadamente, casi no hace ruido. Se esperaría que con un núcleo compuesto de 7 mil millones de transistores, aglomerados en una pieza de silicón de 520mm cuadrados, haga falta una fuerza de aire sorprendente, pero Nvidia se las arregló para ajustar de forma dinámica la velocidad de las aspas y del reloj del procesador, y por medio de una nueva versión de GPU Boost, garantiza que las revoluciones por segundo aumenten sólo cuando la temperatura sea excesiva.

Titan es un componente de lujo y su diseño respalda esa noción, es sólo para aquellos que quieran la computadora más exótica

A pesar de que Titan está entre lo más selecto que podría utilizarse para armar un equipo, su naturaleza es idéntica a la de sus antecesores, en el hecho de que ofrece la misma flexibilidad de uso. Cuenta con dos puertos DVI, un DisplayPort y un HDMI 1.4a con capacidad de audio en alta definición y reproducción Blu-ray 3D. Lo anterior significa que con una tarjeta se pueden configurar tres monitores, pero si eso no fuera suficiente, incluye un conector SLI, para funcionar en armonía con otras tres tarjetas iguales, claro, siempre y cuando se inviertan $3000 USD adicionales.

El corazón de Titan, un GPU Kepler GK110, está derivado de los potentes procesadores que se usan en las súper computadoras de Nvidia, Tesla, lo que significa alto desempeño, pero a diferencia de los modelos para profesionales, esta tarjeta apuesta por el ahorro energético. Una cantidad tan descomunal de poder debería consumir electricidad en exceso, no obstante, la compañía ideó la forma de integrar todos los componentes para que, al igual que la GTX 680, no haya desperdicio. Así, Titan gasta apenas 250W, mucho menos que cualquier sistema dual.

Arquitectura y desempeño

En términos frívolos, Titan ofrece un aumento en desempeño de 25% a 50% cuando se compara con la GTX 680 pero, una vez más, los números están condicionados por una serie de complejos factores. Es decir, la ventaja de la más reciente tarjeta de Nvidia radica en el potencial y la capacidad de cómputo visual general, mientras que sus hermanas se especializan en desempeño gráfico para videojuegos.

Y con eso llegamos al punto de coyuntura entre Titan y el resto de las tarjetas gráficas de consumo, pero antes de entrar en detalles, es importante mencionar que el procesador GK110 está potenciado por 2688 núcleos CUDA y se apoya en 6GB de RAM GDDR5 con 288GB/seg de ancho de banda. En contraste, el GPU de la GTX 680 cuenta con 1536 núcleos CUDA y tiene un ancho de banda de 192GB/seg en sus 2GB de RAM GDDR5. Traducido en términos mundanos, Titan está por encima de las capacidades de incluso, la GTX 690, con excepción de la velocidad del reloj.

Jugar títulos AAA en máxima resolución a tres monitores puede nulificar incluso la potencia de Titan, por lo que la tarjeta permite SLI triple; la configuración de ensueño, en opinión de Nvidia

Aunque las comparaciones son importantes, podría decirse que Titan es única en su tipo. Por regla de arquitectura, los GPU de gran tamaño son más lentos que los pequeños, pero aún si los 837MHz parecen poca cosa frente a los 1006MHz de una GTX 690, el músculo de proceso compensa, pues cuenta con un mayor número de unidades funcionales (15 SMX), sin mencionar que el overclocking eleva los números considerablemente. La decisión de equipar a Titan con tanto RAM como fuera posible en términos técnicos, simplemente responde a la necesidad de explotar la capacidad del GPU y no limitar la transferencia de datos, después de todo, de qué serviría tener al procesador gráfico más poderoso de la actualidad sin buen ancho de banda. Pero al final, en perspectiva, lo anterior significa que Titan ejecuta 4.5 TFLOPS de datos en modalidad FP32, tiene una capacidad de rendereo de 40GPixels/seg y genera texturas a 187GTexels/seg.

Volviendo al tema de las distinciones, lo que caracteriza a Titan es que no está del todo destinada para videojuegos. Sí, es un equipo que cumple las exigencias del entusiasta veterano, pero su esencia es la de una Tesla K20 de bajo precio. Y es que por primera vez en una GeForce, el desempeño de doble precisión no está limitado, lo que se traduce en 1.3TFLOPS de procesamiento FP64. Lo anterior la hace una alternativa predilecta para diseñadores de animación en 3D, ingenieros, desarrolladores o investigadores que requieren cómputo visual de alto desempeño pero no pueden costear una Tesla o simplemente no necesitan de tanto octanaje. Y hablando de potencia desnuda, el panel de control de Titan permite habilitar y desactivar la funcionalidad FP64, para mantener el consumo energético y la velocidad del bus en condiciones saludables.

Es interesante notar que Titan comienza a romper con el ritmo de los lanzamientos anuales de procesadores gráficos, ya que según las leyes de Moore, deberían haber pasado 18 meses desde el lanzamiento de la GTX 680 para que llegara otro GPU más poderoso. Solo transcurrió medio año y en teoría, ni siquiera debió pasar tiempo, pues el GK110 ya estaba listo desde 2012, es solo que Nvidia prefirió exprimir las cualidades del GK104. Por otra parte, se está dando un estancamiento, tanto en las resoluciones de monitores -al menos hasta que se estandarice el 4K- como en las exigencias de los juegos de PC, pues el desarrollo multiplataforma minimiza los requerimientos técnicos.

A pesar de esa desaceleración, hay casos en que las tarjetas más virtuosas del mercado, como la GTX 680 o la Radeon HD 7970 no tienen suficiente. Por ejemplo, cuando las resoluciones comienzan a escalar por encima de 2560 x 1440 pixeles, o ante la presencia de múltiples monitores. La solución a esos problemas suele ser un SLI, pero está la complicación de que no siempre hay controladores especializados o simplemente no están actualizados para cada juego. Titan, elimina esas limitantes pues además de tener un desempeño ejemplar, cuenta con una suite de drivers dedicados, compatibles con cualquier juego, justo como toda GeForce convencional. En nuestras pruebas más exigentes, Titan salió victoriosa, inclusive ante títulos que consumen muchos recursos, como Crysis 3. En dicho caso, maximizamos todo y encendimos FXAA, bajo una resolución de 2560 x 1600 y a pesar del escenario demandante, el juego corría a estables 30fps. Claro, ayuda la presencia de 6GB, pues muchas de las tarjetas actuales no cumplen las exigencias por la falta de RAM.

Benchmarks

Para someter a prueba las capacidades de Titan, utilizamos una tarjeta madre Asus P8Z68-V con procesador Intel Core i5 3570k a 3.4 GHz y 8GB en RAM DDR3 a 1600Mhz, además de monitor en resolución 2560 x 1600. Los resultados fueron los siguientes:

1 / 6

Veredicto

Debo admitir que Titan es una tarjeta sumamente provocativa. Tener una en las manos es un auténtico deleite y verla instalada es aún más complaciente. Pero no sólo se trata de estética, el desempeño de esta poderosa tarjeta se demuestra en prácticamente cada rubro, sea para jugar o como pieza de trabajo, aunque debo decir que es en esta segunda categoría en la que el GPU brilla más.

Para jugar, Titan cumple casi todas las exigencias, en especial si se trata de un veterano de la PC que quiere el mejor equipo. Pero siendo realistas, es un componente de lujo con precio excesivo, pensado sólo para las personas que buscan sacar máximo provecho de su configuración. Fuera de ese sector, el potente GPU está sobrado en pantallas 1080p; para ese propósito, basta con una serie GTX 600.

Por lo demás, Titan es una auténtica victoria para Nvidia pues supera con creces todo lo demas que hay en el mercado y es un hecho que será la pauta para la serie 700 que, si bien tal vez no tenga tanta potencia, se regirá bajo el mismo esquema de desempeño. Lo cierto es que la experiencia de jugar cualquier juego actual a máxima resolución y con la configuración más exigente, sin perder eficiencia, es sencillamente incomparable.

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