La empresa taiwanesa HTC enfrenta grandes problemas en sus ventas y dentro de su estructura interna.
Por una parte, las expectativas generadas por los teléfonos One y First hacían creer que la compañía se volvería en el tercer concursante en la competencia de smartphones, junto a Apple y Samsung. Sin embargo, las ventas de estos 2 modelos dejaron más a la imaginación que lo que dieron en realidad. Aun cuando en el mes de abril HTC decidió sacar un mayor tiraje de One, debido a la alta demanda provocada por su retraso, no logró adecuarse a los estándares de ventas de las otras compañías.
HTC ya presentía su caída. La primera señal fue el abandono de Kouji Kodera, jefe de producto, y de Jason Gordon, responsable de las estrategias de comunicación a nivel global; golpes que afectaron severamente a la empresa taiwanesa e iniciaron un efecto domino.
Posteriormente, se añadió a la lista el director ejecutivo de la compañía de la zona asiática, Leonard Hoonik, quien el día de hoy abandonó su puesto. En este mismo año la jefa de marketing global, Rebecca Rowland; el director de producto, Eric Lin; y el director global de marketing digital, John Starkweather, dejaron sus puestos para irse a diversas empresas, como AT&T y Skype, dejando a HTC en un declive.
La crisis de la compañía va más allá de los ejecutivos y empleados que dejaron el barco antes de que se hundiera, también socios importantes decidieron darle la espalda. Uno de ellos fue Facebook, el cual, al ver el fracaso de Home en el smartphone exclusivo para la red social, decidió poner la app disponible para diversos dispositivos Android y no sólo para HTC First.
Para acabar la mala racha, el presidente de HTC, Peter Chou, declaró que promete renunciar si One no logra conquistar a los consumidores, a pesar de las buenas críticas del dispositivo. Sin embargo, diversas fuentes expresaron que Chou está realizando decisiones rápidas en vez de elaborar una estrategia a largo plazo.
Lo que queda claro, es que HTC no está en el mejor momento y necesita una reestructuración en marketing, en sus productos y, sobretodo, en su staff. Si no logra hacer lo anterior, dentro de unos meses se hablará del cadáver de la compañía que tenía potencial para competir contra Samsung y Apple, pero que nunca supo cómo hacerlo.
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