“Microsoft podría ser completamente irrelevante en tres o cuatro años, si no logra abrirse camino en el territorio de los móviles, con el que por cierto ha batallado mucho” expresa el analista Henry Blodget de la agencia mercadológica Gartner. La contundente declaración no es simple perspectiva, tiene un fundamento que, lamentablemente para la firma de Bill Gates, ilustra un futuro sombrío.
Las proyecciones de Gartner –y casi toda entidad de análisis financiero– es que para 2017 el ámbito de los móviles habrá alcanzado las 2,700 millones de unidades, superando por 10 veces la cantidad de computadoras de escritorio. Dicho de otro modo, los números de una década atrás se invierten, pues en ese entonces Microsoft tenía hegemonía casi total de la tecnología, gracias a que su sistema operativo era el predominante en todo equipo casero, corporativo y gubernamental. Ahora, los rivales Google y Apple se llevan la tajada más grande, mientras el resto de la competencia mira expectante, tratando de aprovechar alguna oportunidad.
Hace una década, Microsoft era el rey indiscutible, hoy los números se invierten ante el auge de los móviles
Se dice entre asesores económicos y expertos en finanzas que los cambios tan radicales en el precio de las acciones de los gigantes tecnológicos, se debe a la creciente competencia y a la diversificación de servicios. Así, si el valor de Apple y Microsoft está a la baja y el de Google en constante alza, se debe a que cada uno enfrente diferentes dificultades en distintos territorios.
Con todo, el desafío para el director general Steve Ballmer y su equipo de ejecutivos será encontrar el modo de mantener vigente la compañía, tal vez apostando más de lleno a los móviles o intentando algo completamente nuevo. Lo cierto es que su viejo modelo de negocios y la arquitectura en la que tanto confiaba, podría ser la condena para Microsoft.
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