La idea de no mover un dedo y dejar que tu auto te lleve a donde le digas es un sueño que cada vez está más cerca de cumplirse, el problema es que hay una serie de impedimentos legales –al menos en la Unión Americana– que frenan el desarrollo de la tecnología que potencia esta posibilidad. Google, junto con varios fabricantes automotores, está haciendo frente común para que se apruebe el uso de vehículos con sistema de manejo autónomo y según voceros de la compañía, de lograrlo tendría listo su propuesta en un lapso de 3 a 5 años.
De acuerdo con Dan Smith, representante de la Administración de Transporte Seguro (por sus siglas en inglés NHTSA), ha sido muy difícil dar con los lineamientos para regular los vehículos que se controlan a sí mismos, pues los estudios y análisis preliminares muestran que un sistema computacional aún es incapaz de predecir todos los escenarios o situaciones posibles. “Tendría que hacerse una revisión exhaustiva para comprobar que la inteligencia artificial es completamente confiable, sin considerar claro que los electrónicos dejan cierto margen al error” finalizó el agente administrativo.
En respuesta a la preocupación gubernamental, Anthony Levandowski, quien trabaja como gerente de conducción autónoma para Google, declaró ante la Sociedad de Ingenieros Automovilísticos que es imperativo que todos los interesados creen un estándar, tanto para unificar el diseño de autos y sistemas, como para garantizar la seguridad del usuario. Otro contratiempo, según las aseguradoras, es que ante un accidente sería difícil definir al culpable. “¿Deberíamos culpar a Google por el fallo o al conductor por ser el dueño? Creo que hay muchos huecos legales al respecto y me parece que podrían pasar hasta 20 años antes de que se resuelvan” comentó Robert Hatwig, presidente del Instituto para la Información de Aseguradoras.
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